Nosotras, las organizaciones de la sociedad civil firmantes, comprometidas con los derechos humanos universales, el desarrollo sostenible, la libertad de movimiento y el turismo ético, estamos profundamente preocupadas al ver que la organización del evento ciclístico mundial conocido como “El Giro d’Italia” está apoyando directamente al Estado de Israel y sus políticas que violan el derecho internacional y los derechos humanos del pueblo Palestino.
La decisión de escoger a Israel para el inicio de la competición en el año 2018 no solo encubre la ocupación militar de Israel y las políticas racistas contra la población Palestina, sino que exacerbará el sentimiento de impunidad del gobierno Israelí y lo alentará a seguir negando al pueblo Palestino sus derechos estipulados por la ONU.
Comenzar la carrera en Jerusalén ayudará a consolidar el reclamo ilegal de soberanía Israelí sobre la ciudad. Desde que Jerusalén Oriental fue ocupada ilegalmente hace más de 50 años, Israel ha trabajado incansablemente para expandir y consolidar sus asentamientos ilegales para colonos judíos en la ciudad y sus alrededores.
Según un Relator Especial de las Naciones Unidas, las autoridades en Jerusalén están llevando a cabo una política de “limpieza étnica” gradual de la población Palestina mediante demoliciones de viviendas, expulsiones forzadas y revocación de los derechos de residencia. Las acciones de Israel en Jerusalén han sido repetidamente condenadas como ilegales por la ONU.
En su sitio web y canales oficiales en redes sociales, el Giro d’Italia presenta engañosamente a la Jerusalén Oriental ocupada como parte de Israel y su capital unificada. Ningún país en el mundo reconoce alguna parte de Jerusalén como la capital oficial de Israel.
La etapa del Giro prevista para recorrer el sur de Israel a través del desierto de Naqab (Negev), pasará por docenas de aldeas beduinas Palestinas que Israel se niega a reconocer. Así mismo Israel niega a los indígenas Palestinos de estas aldeas, que son ciudadanos israelíes, los servicios más básicos, incluida la electricidad, el agua, el acceso a servicios de salud, las escuelas y las carreteras. Muchos de estos pueblos han sido sometidos a numerosas demoliciones por Israel; solo como un ejemplo, la aldea de Al-Araqib ha sido demolida más de 100 veces. Adicionalmente, Israel está revocando arbitrariamente la ciudadanía de miles de beduinos palestinos, dejándolos sin Estado, en clara violación del derecho internacional.
La organización del Giro d’Italia también está trabajando con por lo menos una empresa presente en asentamientos ilegales israelíes. La productora israelí del evento cuenta entre sus clientes con la Bodega Golan Heights, que opera desde las Alturas del Golán Sirio ocupadas, lo cual establece una clara violación del derecho internacional.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ya ha advertido a unas 150 empresas multinacionales e israelíes de las consecuencias legales de su participación ilegal en asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental. Todos los asentamientos israelíes construidos sobre tierra palestina y siria ocupada constituyen un crimen de guerra, de acuerdo con el derecho internacional.
Nos preocupan las noticias de los planes del Giro d’Italia de “celebrar” los 70 años del establecimiento del Estado de Israel en un momento en que las comunidades Palestinas conmemorarán el 70 aniversario de la Nakba (“catástrofe”), cuando aproximadamente 800.000 personas fueron expulsadas por la fuerza de su tierra natal, lo que indica el comienzo del despojo Israelí sobre el pueblo Palestino y la continua negación de sus derechos humanos, la cual continúa en la actualidad.
Tal injusticia y opresión va en contra de los valores y el espíritu del deporte.
En consecuencia de lo aquí expuesto pedimos a la empresa RCS MediaGroup, organizadores del Giro d’Italia, que trasladen el inicio de la carrera a otro país para asegurar que dicha competición no se vea involucrada en violaciones israelíes al derecho internacional y los derechos humanos de las comunidades Palestinas.
Le recordamos a la empresa RCS MediaGroup, a los patrocinadores de la carrera y a los equipos participantes las consecuencias legales y el daño reputacional que se derivan de la colaboración con instituciones israelíes y empresas involucradas en violaciones de los derechos humanos y el derecho internacional.
Hacemos un llamado a los equipos de ciclismo que planean participar en la carrera del próximo año para que se unan a nuestros esfuerzos para lograr que RCS MediaGrouptraslade el inicio de la competición a otro país y, en caso de que RCSno lo haga, consideren retirarse de la organización del evento para evitar incitaciones a violaciones de derechos humanos y del derecho internacional.
Finalmente, instamos encarecidamente a los gobiernos de los equipos participantes a tomar una posición pública en contra de las demandas israelíes de soberanía sobre Jerusalén, incluida Jerusalén Oriental como su capital, así como también les solicitamos para alentar a equipos, instituciones y empresas a abstenerse de brindar reconocimiento o asistencia a las violaciones israelíes del derecho internacional.